Una historia perversa de amor dosificada en microalientos

martes, 17 de mayo de 2011

INTERLUDIO ( 1 )

Me llamo Helga.
Soy enfermera y podría decir que mi profesión es mi vida. Me encanta lo que hago y a menudo, me excedo en mis cometidos como me dicen con frecuencia mis propias compañeras, pero podríamos decir que lo natural en mi es el EXCESO.
Soy excesiva así con  mayúsculas, y podriamos decir también que el exceso es mi vida. Soy EXcesivamente grande, EXcesivamente avasalladora, EXcesivamente protectora. Quizás lo único que no soy es excesivamente sexy pero creánme, hay tipos para todo.
Una de las consecuencias de mis excesos es la de vincularme -en exceso, como no- con las situaciones personales de la gente que me rodea, en ocasiones son pacientes, en ocasiones son personas cercanas a mi como el caso que nos ocupa. Yo no figuraría aquí sino fuese por mi relación con Conejito ( llamémosle así para evitar que pierda aún más dignidad y autoestima de la que ya desparrama por las calles con cada zancada que da). Conejito es un varón blanco relativamente agraciado ( podría entrar aquí a analizar mi perspectiva del género masculino y el sentido de lo que mis hormonas consideran sexualmente apetecible pero no es el caso ), vive en el apartamento de enfrente y merece el apelativo de "conejito" porque es tonto, blando, indefenso y con constante predisposición a ser atropellado por un trailer de dieciseis ruedas mientras atraviesa la calzada con cara de bobo...ha-ha-ha, podrían pensar que menosprecio a Conejito y su intelecto pero nada más lejos de la realidad, le aprecio en lo que vale y por eso es por lo que no quiero que vaya haciendo el CONEJO* (ver pie de página) por la vida.
Conejito ha llegado hoy con un pantalón rasgado enseñando las vergüenzas y proponiéndome un plan descabellado: quiere de alguna manera inmiscuirse en la vida del hombre con el que se está acostando y la idea es que YO, Helga, me haga pasar por la compradora de un apartamento ante la mujer del individuo, que nos hagamos amigas y él...¿qué es lo que él pretende conseguir con eso?...¿que la sonsaque algún tipo de información?...No lo sé.
Evidentemente, me he negado.
Pero ante la perspectiva de que vuelva -con sus únicos pantalones buenos remendados- a explicar a la mujer del tipo el porqué saltó por la ventana del WC para continuar con su impulso descabellado, me he visto en la obligación de ceder.
El instinto protector, ya saben.
Además tengo una pamela rosa gigante fantástica, una gafas de sol y unos zapatos de plataforma con purpurina todo conjuntado que van a hacerme parecer la millonaria desenvuelta y descreída que quiero aparentar , hahaha.
O eso espero.

*CONEJO: individuo torpe e inexperto que la va cagando por ahí por donde va

4 comentarios:

  1. La expectación ha subido hasta límites insospechados. Qué buena es Helga! Qué ganas de verla embutida en su disfraz de millonaria!

    Tío, esto está tomando tu habitual deriva alocada, el tono surrealista que tanto me gustó de tu Área de Descanso. El párrafo en que Helga describe a Conejito, sobre todo lo del trailer de mil ruedas, es simplemente desternillante.

    Qué bien que estés tan en forma!

    Un besote.

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  2. puede que existan cosas con las que me identifique!
    besitos

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  3. esta Helga cada vez que sale a relucir se me come la historia ella sola, esto no puede ser, jaja...un beso a ambos, gracias por seguir porque ayudais a que el cuento continue...podría decir que se escribe por si solo pero es un poco mentira, se escribe mejor si me van comentando la jugada, jaja, así que lo dicho, un beso y gracias!!!

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  4. Oyes pues mátala con grndilocuencia y escribe un off topic de ella, desde su nacimiento (su padre un conductor de excavadora y su madre la propia excavadora) hasta su muerte. Y publicaló que yo te lo promociono.
    Disfruto mucho leyéndote tío, pero eso ya lo sabes.

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